Cascos Snowboard

La seguridad es lo primero, y por ello el casco de snowboard es uno de los elementos que no puede faltar en tu práctica de snowboard. Además, la gran variedad de colores y formas existentes, lo han convertido en un completo perfecto para llevar el look de snow perfecto.

LOS CASCOS PARA SNOWBOARD

El casco no debe comprimir demasiado la cabeza y, cuando se sacude la cabeza, debe mantenerse bien colocado. Comprueba que tus gafas se adapten bien al casco que te pruebas (poco paso de aire a la altura de la frente), que puedas oír bien (presencia cercana de esquiadores/snowboarders, consejos de los monitores...), que la orejas queden bien colocadas (comodidad) y que el cierre de la barbilla sea correcto.

Para saber tu talla, deberás medir el contorno de tu cabeza con una cinta métrica, la equivalencia de tallas será aproximadamente:

XS. 53-55 cm

S. 55-57 cm

M. 57-59 cm

L. 59-61 cm

XL. 61-63 cm

Ten en cuenta que el sistema de ajuste no debe estar al límite en ninguno de los extremos. Tenemos que sentir que encaja a la perfección en nuestra cabeza; sin estar ni muy ajustado ni suelto.

VENTAJAS DE LOS CASCOS DE SNOWBOARD

A la hora de elegir nuestro casco de snowtambién será importante tener en cuenta las siguientes características:

Adaptabilidad morfológica: Juego de espuma suplementaria o un disco de ajuste de talla. La calidad del forro determina la comodidad.

Ventilación: Mejora la comodidad térmica y favorece la regulación del flujo de aire, permitiendo que entre aire fresco y salga el caliente hacia afuera. Una buena ventilación es clave sí, además, llevamosgorros o viajamos en primavera.

Ligereza: Cuando más ligero sea, más fáciles serán los movimientos de la cabeza y más agradable de llevar será.

Protección contra los golpes: Para tu seguridad, todos los cascos cumplen la norma CE EN 1077.

MANTENIMIENTO DE LOS CASCOS DE SNOW

Una vez terminada tu práctica de snow, limpia la parte exterior de tu casco con solo agua, jabón de pH neutro y un paño suave y limpio. Después, déjalo secar a temperatura ambiente.

En el caso del revestimiento interno, lávalo a mano con agua fría. En caso de que sea extraíble, podrás retirarlo para lavarlo a mano o en lavadora con un máximo de 30 ºC.

En cuanto a la vida útil d elos mismos, y teniendo en cuenta que siempre dependerá del uso que se le de, la mayoría de los fabricantes establecen un período de entre 3 y 8 años en los que se garantizan las cualidades de seguridad y protección.