Slackline

Esta disciplina también llamada “Cuerda Tensa” proviene de finales de los años 80 de la zona del Yosemite, en California. Comenzó como un simple entretenimiento de los escaladores y ha pasado a formar parte de un entrenamiento exquisito para la escalada y la mejora de equilibrio. Consiste en traspasar una cinta de poliéster, con una cierta elasticidad, que requiere de un equilibrio y una gestión del propio peso corporal.
Actualmente, esta rama deportiva está en pleno auge y forma parte de una cultura propia, el objetivo no es pasar de un lado a otro sino complementar con movimientos dinámicos o acrobacias que aumentan la dificultad del deporte.
Es un elemento que proporciona diversión tanto al deportista confirmado como a aquél que quiere disfrutar al aire libre. Idóneo para todos los públicos de todas las edades, el Slack Line es disfrute asegurado para niños y mayores.
Necesitaremos dos puntos fijos, como pueden ser árboles y podremos ajustar la elasticidad con la carraca de ajuste, tensando para que sea más estable si es necesario. Tendremos elementos de protección para los puntos de anclaje, como el Tree Protector, que nos asegurará que no sufre daños con las sacudidas.
Podemos encontrar modelos básicos de iniciación, como nuestro modelo Slack line de 15m, cuyo ancho de cinta nos facilitará el aprendizaje sobre el control de los movimientos, de una manera más estable. También encontraremos diferentes largos para los recorridos más exigentes.
Sin embargo, si lo que queremos es realizar la parte más deportiva y acrobática, optaremos por cintas mucho más elásticas y en la mayoría, con un diámetro más fino que las básicas, lo que requerirá mayor práctica y un mejor control del cuerpo.
Para ello, los modelos como el Slack Line Jump son ideales para un uso intensivo, para aquellos que quieran perfeccionar su técnica y que se atrevan con una mayor elasticidad.
¿Estás buscando un regalo para estas navidades? Los Reyes y Papá Noel están convencidos. ¡Atrévete, diversión asegurada!

Para aquellos que practican escalada en su modalidad de bloque, el comúnmente llamado Bóulder o Búlder, este es un elemento imprescindible y obligatorio. Esta colchoneta, que suele combinar diferentes intensidades, es la que recibe nuestras caídas y nuestros impactos durante la escalada en paredes sin aseguramiento. Esta es la manera de recepcionar el golpe. Sin embargo, también es un producto muy útil para aquellos que practican equilibrismo o ejercicios de caída, como en la práctica de saltos. Cada vez más se ha vuelto un elemento de protección, como por ejemplo, en la disciplina del Slackline durante la iniciación para evitar golpes dolorosos.

Para aquellos “bloqueros” que estén buscando la mejor opción para sus vías de escalada, podrán encontrar modelos de Simond y Black Diamon. Podemos comentar varios factores a tener en cuenta a la hora de escoger un Crashpad;

Amortiguación: podremos encontrar diferentes densidades o espumas diferentes combinadas según la altura del impacto.

Resistencia: tanto el material de nuestra colchoneta como el de sus costuras, sus acabados y refuerzos son los que nos dirigirán a los modelos más resistentes.

Tamaño y transporte: es una relación que hay que tener en cuenta, ya que siempre buscaremos una superficie que nos proteja en el caso de travesías o pasos largos, pero su estructura nos tiene que permitir transportarlo con comodidad. Como ejemplo, nuestros Crashpads “tipo libro” o dobles, son útiles durante la escalada y facilitan su movilidad de un sector a otro.