Bodysurf: el arte de deslizarse en las olas

El bodysurf es una de las formas más puras y ancestrales de interactuar con el océano, donde el cuerpo se convierte en el principal medio para deslizarse sobre las olas. A diferencia de otros deportes acuáticos que emplean tablas grandes o equipos voluminosos, el bodysurf destaca por su simplicidad y la conexión directa entre el surfista y el agua. Este deporte, con raíces en las antiguas culturas polinesias, sigue siendo una disciplina emocionante y desafiante, apreciada tanto por los profesionales que buscan superar límites como por los aficionados que desean disfrutar de la energía del océano de la forma más íntima posible.

El handboard: una herramienta clave para el bodysurf

Aunque el bodysurf tradicional no requiere equipo sofisticado, el uso de un handboard o handplane se ha popularizado en los últimos años como una herramienta esencial para mejorar la experiencia de deslizamiento en las olas. Este pequeño accesorio, que se sujeta a la mano, permite al bodysurfer aumentar la superficie de contacto con el agua, facilitando un deslizamiento más rápido y estable. Además, un handboard proporciona mayor control y maniobrabilidad en olas grandes o rápidas, lo que lo convierte en un aliado indispensable para quienes buscan llevar su técnica al siguiente nivel. Al incrementar la flotabilidad y reducir la fricción en el agua, este accesorio permite al bodysurfer disfrutar de una mayor velocidad y precisión en sus movimientos, especialmente cuando se enfrentan a olas de gran tamaño o con rompientes pronunciados.

Si bien algunos puristas prefieren deslizarse sin asistencia, muchos consideran que el handboard es una mejora que eleva significativamente la calidad de la experiencia en el agua.

Equipo básico para bodysurf

A pesar de su simplicidad, el bodysurf requiere ciertos elementos para garantizar una experiencia segura y satisfactoria. Las aletas bodysurf son uno de los accesorios más utilizados, ya que proporcionan el impulso necesario para alcanzar la ola y deslizarse con mayor rapidez. Estas aletas, más cortas que las tradicionales de buceo, permiten una mayor maniobrabilidad y control en el agua.

Además del handboard, el uso de un traje de neopreno es común, sobre todo en aguas más frías, donde no solo proporciona calor, sino que también protege la piel de abrasiones al estar en contacto constante con la arena y el agua. Los bodysurfers más experimentados también optan por utilizar casco en rompientes peligrosas o en zonas con arrecifes, donde el riesgo de colisiones es mayor. Estos accesorios, aunque opcionales, aumentan la seguridad y permiten disfrutar del bodysurf en condiciones más extremas.