Diseño:
El diseño de esta cabezada se pensó primero para satisfacer las necesidades anatómicas del caballo mientras se buscaba reflejar la dinámica del animal en su movimiento y acción. Por lo tanto, encontrarás líneas tensas y delgadas subrayadas por pespuntes blancos en contraste. Esta primera versión de la cabezada anatómica 900 se presenta en cuero marrón claro, forro azul marino y marrón oscuro, forrado del mismo color.
Diseño anatómico de la testera con puente:
La nuca es generalmente una zona sometida a presiones que pueden provenir de la testera de la cabezada, pero también del contacto de la mano del jinete, que repercute en los montantes de la cabezada unidos a la testera. Para evitar esto, trabajamos en una forma de testera que libera la región occipital y las vértebras cervicales con un diseño de puente sobre dos suaves acolchados de espuma a cada lado de la nuca.
Diseño anatómico de la testera y frontalera:
La parte baja de la testera está preformada para liberar la parte trasera de las orejas, zonas muy inervadas y, por tanto, importantes para la relajación de la boca del caballo. En la misma línea, hemos trabajado una frontalera cuya sujeción a la parte baja de la testera es fina y alta para evitar la presión sobre las terminaciones nerviosas por encima del salero y sobre la sien.
Diseño anatómico de los montantes:
Los dos montantes de la cabezada y de la muserola están unidos por una presilla lateral que distribuye la presión ejercida por el contacto con la mano entre el bocado, la nuca y la muserola, y no solo entre el bocado y la nuca.
Diseño anatómico de la muserola:
La parte posterior de la muserola está equipada con dos anillas en forma de D que hacen que la ancha almohadilla de espuma de la muserola se coloque correctamente de acuerdo con la morfología del caballo.
Diseño del barboquejo:
En lugar de un ahogadero común, hemos trabajado en un barboquejo que te permite ajustar la colocación de los montantes de la cabezada y de la muserola a la cabeza de tu caballo. Requiere un ligero apriete y ayuda a separar los montantes del bocado y de la cabezada de los ojos de tu caballo.
Limitación de las irritaciones:
Las zonas más sometidas a presión están forradas con un acolchado de espuma suave para mejorar la comodidad del caballo. Este fino acolchado se encuentra sobre la testera (con una atención especial a la nuca) sobre la parte delantera y trasera de la muserola, así como sobre la frontalera. Todas las hebillas sometidas a presión también están forradas con acolchado para limitar al máximo la irritación ligada al roce de las hebillas.
Combo de riendas:
Esta cabezada se vende sin riendas. Encontrarás las riendas 900, especialmente desarrolladas para esta cabezada, en nuestras tiendas o en nuestra web. Estas riendas tienen los mismos pequeños detalles, acabados y, por supuesto, el mismo tono de piel.
Tallas:
La cabezada 900 está disponible en dos tamaños: Cob (CS) y caballo (FS). El tamaño CS es adecuado para caballos de cabeza pequeña y ponis D con cabeza bastante ancha y larga. El tamaño FS es adecuado para la mayoría de los caballos de silla. Su tamaño es bastante extenso gracias a sus múltiples posibilidades de ajuste, adecuadas para caballos medianos y grandes.
¿Cómo comprobar que la cabezada está bien ajustada?
Puedes comprobar con unos simples gestos el ajuste de la cabezada. Puedes pasar 1 dedo entre la testuz y la frontalera para comprobar que no esté demasiado apretada y no presione las zonas nerviosas detalladas anteriormente. Después pasa 1 dedo entre la testera y la parte posterior de las orejas para comprobar que no esté presionando demasiado la zona auricular. Durante los primeros usos, comprueba que no haya irritación en la cabeza del caballo.
Una muserola bien ajustada:
El ajuste de la muserola actúa considerablemente en la relajación del caballo. Te recomendamos que puedas pasar un dedo entre la ternilla y la muserola y 2 dedos entre esta y la apófisis. Si tienes dudas sobre el ajuste, no dudes en pedir consejo a un profesional.
Cuidados:
Para proteger la cabezada, te recomendamos que apliques jabón de glicerina con una esponja mojada en agua tibia con regularidad. A continuación, puedes hidratar la piel con grasa aplicada en un paño doméstico o especial para piel. Si notas el cuero rígido y seco, puedes completar este mantenimiento con una leche hidratante que nutrirá el cuero en profundidad.
