Las máscaras de esquí tienen la ventaja de que protegen más del frío y de los impactos. En un día de ventisca te podrás aislar mucho mejor de la intemperie y no sufrirás tanto las adversidades del mal tiempo. Ante un impacto, una máscara protege mucho mejor que una gafa de sol. La máscara se deforma sin romperse, por lo que evita heridas. Además se acopla mucho mejor al casco, por lo que aumenta la seguridad.

Para comprar una máscara tenemos que tener en cuenta varios factores:

Tenemos que tener claro para que tiempo de tiempo la vamos a usar. No es lo mismo una máscara de esquí para buen tiempo, en la que será necesario que tenga un buen filtro que no deje pasar mucha luz. Normalmente tienen lentes de nivel 3 o 4. ¿Pero que ocurre si hace mal tiempo, o se nubla? Este tipo de máscara no sería la mejor para utilizar, ya que nos provocaría un efecto de 'luz plana', en la que veríamos todo el relieve de la pista blanco, en la que no seríamos capaces de distinguir los baches y canbios de desnivel, por lo que no podríamos esquiar con seguridad. Para ello necesitaríamos una máscara de esquí para mal tiempo, con filtros de nivel 1 o 2. El problema es que no nos valen para días soleados, ya que dejan pasar demasiada luz.

Entonces, ¿Debo llevar siempre conmigo 2 máscaras? ¿Una para buen tiempo y otra para malo? No es necesario. Siempre puedes optar por una máscara fotocromática o electrofotocromática, que nos van a servir para cualquier tiempo. ¿Cómo funcionan? Las fotocromáticas, van a cambiar solas el nivel de filtro en función de la incidencia UV en la lente, por lo que no es necesario cambiar de máscara. Las electrofotocromáticas, cambian instantáneamente de un nivel a otro, y tienen la posibilidad de ponerlas en modo automático o en modo manual.

No te olvides de llevarlas en una funda de gafas para asegurarte una bbuena protección de las gafas.